Texto de Abu l-Mugira Ibn Hazm

Un día comí con Almanzor Ibn Abi `Amir en Munyat al-Surur [la Almunia de la Alegría] en al-Zahira, lugar de una belleza floreciente, pues alberga arriates y albercas. Y cuando el día se ungía con el azafrán de la tarde y exten­día sus alas el negro cuervo de la oscuridad, la noche dejaba caer sus tinieblas, Arturo blandía su lanza, el Buitre disponíase a volar y surcaba el cielo la barca de la luna, encendimos las lámparas del vino, nos envolvimos en los mantos del contento y las nubes tendieron sobre nosotros un dosel cubierto de rocío. Entonces cantó una esclava llamada Uns al-Qulub:', '

                         "La noche avanza al irse el día

                        y la luna aparece como media pulsera,

                        diríase que el día es una mejilla

                        y que la oscuridad es el dibujo del aladar;

                        las copas me parecen agua sólida

                        y el vino fuego líquido.

                        Han cometido un crimen contra mí mis ojos,

                        ¿cómo podré excusar a mis pupilas?

                        Maravillaos, amigos, de una gacela

                        injusta con mi amor cuando está cerca;

                        ¡ojalá hubiera un medio de llegar hasta él

                        y con su amor cumpliera mis deseos!"